(Publicado el pasado sábado en el Correo de Andalucia)
El Baratillo. Caridad e ingenio en tiempos de crisis
José Gómez Palas
Garbanzos para todos. En tiempos de crisis, las hermandades redoblan sus esfuerzos en ayuda al prójimo. Hoy traemos al pórtico de esta página el edificante ejemplo de la hermandad del Baratillo, que después de dedicar 66.000 euros –se dice pronto– a obras caritativas en el pasado trienio, ahora amplía su abanico asistencial embarcándose en cinco ambiciosos proyectos. A saber: el mantenimiento de un jardín de infancia en Manila que se llamará Virgen de la Piedad, el apadrinamiento de niños a través de la Fundación Juan Bonal, su incorporación a partir de 2009 en el programa de acogida temporal de niños bielorrusos, su ingreso en la Fundación Benéfico Asistencial del Casco Antiguo y el refuerzo de su colaboración con el Banco de Alimentos y el Hospital de la Santa Caridad. Y todo ello sin tocar un solo euro del presupuesto ordinario de la hermandad, ya que la financiación necesaria para estos proyectos sale de las actividades específicas que organiza la corporación, como el reciente potaje benéfico para el que se vendieron más de 450 entradas. Sólo es cuestión de agudizar el ingenio. (Posdata: ¿Sabrá algo de esto el cardenal de Barcelona? ¡Marchando un platito de garbanzos del Arenal para el cardenal Sistach!).
José Gómez Palas
Garbanzos para todos. En tiempos de crisis, las hermandades redoblan sus esfuerzos en ayuda al prójimo. Hoy traemos al pórtico de esta página el edificante ejemplo de la hermandad del Baratillo, que después de dedicar 66.000 euros –se dice pronto– a obras caritativas en el pasado trienio, ahora amplía su abanico asistencial embarcándose en cinco ambiciosos proyectos. A saber: el mantenimiento de un jardín de infancia en Manila que se llamará Virgen de la Piedad, el apadrinamiento de niños a través de la Fundación Juan Bonal, su incorporación a partir de 2009 en el programa de acogida temporal de niños bielorrusos, su ingreso en la Fundación Benéfico Asistencial del Casco Antiguo y el refuerzo de su colaboración con el Banco de Alimentos y el Hospital de la Santa Caridad. Y todo ello sin tocar un solo euro del presupuesto ordinario de la hermandad, ya que la financiación necesaria para estos proyectos sale de las actividades específicas que organiza la corporación, como el reciente potaje benéfico para el que se vendieron más de 450 entradas. Sólo es cuestión de agudizar el ingenio. (Posdata: ¿Sabrá algo de esto el cardenal de Barcelona? ¡Marchando un platito de garbanzos del Arenal para el cardenal Sistach!).
