martes, 22 de julio de 2008

Eres un ángel. Por N.H.D.Víctor García Rayo




(Articulo aparecido hoy en Pasion en Sevilla TV)

Tu padre me ha dicho que eres un ángel del cielo. Y yo le creo. Le tengo prometido a mis hijos que estás con la Piedad, secando sus lágrimas, besando las plantas que siempre mimaste. Siento tantas ganas de abrazarte que lo dejaría todo para marchar a donde me digas. Estoy llorando tu ausencia, niño bueno y nada me consuela. Nada, menos la fe, y saber que ahora enciendes la luz de la Caridad con acierto y cariño.
Se me están clavando los minutos desde que te fuiste, Pedro, ahora que habías conseguido llevar bien alta la luz de Dios, con ese cirial cercano al rostro bendito de la ciudad, una cara que alumbraste camino de Santa Rosalía. Ahora me agarro al brazo caído de nuestro Cristo de la Misericordia porque te quise y te echo de menos. Busco en nuestra sacristía tu sonrisa grande y noble. Y no te encuentro. Porque eres un ángel, lo sé, y lo saben tus padres, que no olvidarán que
no cabíamos en el funeral, ni en el cementerio. Allí quisimos recordar esos dieciséis años que tanto nos han marcado.
Tus hermanos nos consolábamos con la certeza de tu viaje al cielo y la fortaleza de un matrimonio que te dio la vida y nos da un ejemplo de amor a Dios que pone los vellos de punta. Los jóvenes de la Hermandad –que lloran por ti- nos miran buscando respuesta en nuestros ojos. Mi hijo mayor estaba aprendiendo a limpiar la plata contigo y con Álvaro, y siente que ha perdido la linterna de sus inicios cofrades, la llave de la Hermandad, el libro de las respuestas.
Los callejones de las plazas de toros anhelan tus carreras incipientes, los mozos de espadas no saben dónde colocar el fundón y la toalla, y sé que en el Baratillo se derraman oraciones y recuerdos. Tus padres nos están dando un ejemplo tan grande…
Ahora descansa. Dile a la Piedad que aceptamos sus decisiones aunque nos atraviesen el alma para siempre. Enciende la luz de la Caridad. Besa los pies de Dios. Y duerme, mi niño, duerme…que yo te recuerdo, que yo te lloro.

No hay comentarios: